lunes, 13 de abril de 2020

Poema de permisión

No intentes cambiar a nadie:
limítate a iluminar…, 
porque es tu luz la que invita 
a tu prójimo a cambiar…, 

Que en estos tiempos extraños
en que elegiste volver,
tu tarea, compañero, 
no es otra que la de “ser”. 

Y si ese que va a tu lado
se encuentra dormido acaso, 
respeta su desarrollo 
y su aparente retraso…

Contémplalo con ternura 
y acéptalo tal cual es,
y déjalo que prosiga 
marchando sobre sus pies. 

No te olvides que él está 
siguiendo su “plan de vida”:
ese que le armó su alma
al preparar su venida.

Y tú no puedes lograr 
que eleve sus vibraciones, 
ni con presiones abiertas 
ni sutiles empujones…., 

porque hay ciclos en la vida 
que no se pueden forzar:
¡ya su corazón un día
se abrirá de par en par! 

Y entenderá cabalmente
de forma clara y certera, 
que esta vida es solamente
una ilusión pasajera… 

Tú entra en tu propio silencio, 
y en forma suave y callada,
deja que tu luz interna
se filtre por tu mirada. 

Tu impronta suave y serena
produce su propia acción, 
y esparce sobre las cosas
silenciosa inspiración… 

Y cuando dejas que el otro
transmute su propia cruz, 
no intentas cambiar a nadie… 
¡pero los cambia tu luz! 

-Jorge Oyhanart- 



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