Amigos, está por demás decir que, por siempre me orientaré por buscar primero día y noche lo que es bueno para mi espíritu, sólo así sé que todo mi vida externa marcha viento en popa. No lo digo yo, es cuestión de comprender de preocuparse en comprender.
Las siguientes líneas es de un gran ser, uno de esos seres que no comprendía con mi inmadurez y que ahora yo sigo sus pasos.
Queridos;
“Os Pido perdón, sino he sido capaz de demostraros siempre mi
cariño, como me habría gustado. Querida Nina, no te pongas triste, sed fuertes,
cada uno tiene que tener su puesto de combate, Dios nos lo ha dado todo y nos
pedirá cuentas sobre cómo hemos gastado sus dones, lo que transformó el mundo
no fue la ciencia, sino la caridad.
Erga, Arcangelo seréis afortunados, si recordáis que además
de cuerpos estáis ante almas inmortales,
divinas, a las que tenéis que querer y respetar.
Trabajar con fe y entusiasmo no hagas caso a las discordias a
las críticas, pues nada es imposible si pensáis que no lo es.
Giorgio, Elena amigos míos, la vida dura un instante,
honores, triunfos, riquezas, la ciencia cae, todo encanto de la vida tiene su
fin, sólo queda el amor.
Busca sobre todo la verdad, ¡Sé tú mismo!, ¡Sin miedos!, ¡Sin
preocupaciones! ¡Sin disimulos!, y si la verdad te implica persecución ¡Acéptala!,
si te implica tormento ¡Aguántalo!, si tendrás que sacrificarte a ti mismo y a
tu propia vida por la verdad, ¡Sé fuerte en el sacrificio!, la muerte no es el
fin, sino el inicio”.
Palabras, San José Moscati o San Giuseppe Moscati fue un
médico, investigador científico y profesor universitario italiano, reconocido
por su trabajo pionero en la bioquímica fisiológica y por su piedad.
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