viernes, 24 de junio de 2016

Tiene que ser de manera honrada, ahí está el asunto

Así, como el sacerdote Russell Conwell, nos dejó principios en su libro Acre de Diamantes, hace mas de  100 años, vino al mundo 15/02/1843 y se fue el 6/12/1925. Yo hice lo propio en La Emperadora, no tengo por ahora ningún interés en escribir otro J

Esto es lo que nos dijo Russell Conwell:

Yo os digo que deberíais haceros ricos, y que es vuestra obligación haceros ricos. Cuántos de mis piadosos hermanos me dicen: «¿Y usted, siendo sacerdote cristiano, se pasa el tiempo recorriendo el país, arriba y abajo, y aconsejando a los jóvenes que se hagan ricos, que ganen dinero?»  Sí, claro que sí.

Dicen: « ¡qué horror! ¿Por qué no predica usted el Evangelio en lugar de ir predicando que los hombres ganen dinero?». Pues porque ganar dinero de manera honrada es predicar el Evangelio. Por eso. Los hombres que llegan a ser ricos pueden ser los hombres más honrados que encuentres en la comunidad.

Y algún joven de los  presentes esta noche puede decir: «Ah, pues a mí me han dicho toda mi vida que si una persona tiene dinero no es nada honrada, que tener mucho dinero es deshonroso, mezquino y despreciable». Amigo mío, ese es el motivo de que tu no tengas dinero, el tener esa idea de la gente. Eso en lo que está basada tu fe es del todo falso.

Permitidme que os diga claramente [...] que noventa y ocho de cada cien hombres (y mujeres) ricos de América son honrados. Por eso son ricos. Por eso se les confía dinero. Por eso mantienen grandes empresas y encuentran toda la gente que quieran para trabajar con ellos.

Y otro joven dice: «A veces oigo hablar de hombres que consiguen millones de dólares deforma deshonesta». Sí, por supuesto, también yo. Pero, de hecho, son casos tan  excepcionales que los periódicos hablan de ellos como noticia, y lo hacen constantemente hasta que te formas la idea de que todas las demás personas ricas se hicieron ricas con métodos deshonestos.

Amigo mío, tú [...] llévame [...] a los barrios de las afueras de Filadelfia y preséntame a los propietarios de las casas que hay en los alrededores de esta gran ciudad, casas tan hermosas, con jardines y flores, esas espléndidas y artísticas casas, y yo te presentaré a las mejores personas de nuestra ciudad, tanto por su carácter como par su empresa. [...] El hecho de ser propietario de su casa hace más honorable, honrado y puro, auténtico, ahorrador y cuidadoso a quien la posee.


Predicamos en contra de la codicia (...] en el púlpito [...] y empleamos los términos [...] «cochino dinero» de forma tan extrema que los cristianos se forman la idea de que [...] tener dinero es malo para cualquier hombre. [...] El dinero es poder, ¡y deberíais ambicionar razonablemente poseerlo! Deberíais porque podéis hacer un mayor bien con él que sin él. Es con dinero como se imprimieron vuestras Biblias, como se construyen vuestras iglesias, como se envía a vuestros misioneros y como se paga a vuestros predicadores. [...] Yo digo, pues, que deberíais tener dinero. Si podéis llegar a ser ricos honradamente  [...] es vuestro [...] religioso deber hacerlo. Es un error espantoso por parte de estas piadosas personas pensar que, para ser piadosos, deben ser terriblemente pobres. 

Transcrito por Nilda TORRES FIGUEROA.






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