Así,
como el sacerdote Russell Conwell, nos dejó principios en su libro Acre de Diamantes,
hace mas de 100 años, vino al mundo 15/02/1843
y se fue el 6/12/1925. Yo hice lo propio en La Emperadora, no tengo por ahora
ningún interés en escribir otro J
Esto
es lo que nos dijo Russell Conwell:
Yo os digo que deberíais
haceros ricos, y que es vuestra obligación haceros ricos. Cuántos de mis
piadosos hermanos me dicen: «¿Y usted, siendo sacerdote cristiano, se pasa el
tiempo recorriendo el país, arriba y abajo, y aconsejando a los jóvenes que se hagan
ricos, que ganen dinero?» Sí, claro que
sí.
Dicen: « ¡qué horror! ¿Por
qué no predica usted el Evangelio en lugar de ir predicando que los hombres
ganen dinero?». Pues porque ganar dinero de manera honrada es predicar el
Evangelio. Por eso. Los hombres que llegan a ser ricos pueden ser los hombres más
honrados que encuentres en la comunidad.
Y algún joven de los presentes esta noche puede decir: «Ah, pues a
mí me han dicho toda mi vida que si una persona tiene dinero no es nada
honrada, que tener mucho dinero es deshonroso, mezquino y despreciable». Amigo
mío, ese es el motivo de que tu no tengas dinero, el tener esa idea de la
gente. Eso en lo que está basada tu fe es del todo falso.
Permitidme que os
diga claramente [...] que noventa y ocho de cada cien hombres (y mujeres) ricos
de América son honrados. Por eso son ricos. Por eso se les confía dinero. Por
eso mantienen grandes empresas y encuentran toda la gente que quieran para
trabajar con ellos.
Y otro joven dice: «A veces
oigo hablar de hombres que consiguen millones de dólares deforma deshonesta». Sí,
por supuesto, también yo. Pero, de hecho, son casos tan excepcionales que los periódicos hablan de
ellos como noticia, y lo hacen constantemente hasta que te formas la idea de
que todas las demás personas ricas se hicieron ricas con métodos deshonestos.
Amigo mío, tú [...] llévame
[...] a los barrios de las afueras de Filadelfia y preséntame a los
propietarios de las casas que hay en los alrededores de esta gran ciudad, casas
tan hermosas, con jardines y flores, esas espléndidas y artísticas casas, y yo
te presentaré a las mejores personas de nuestra ciudad, tanto por su carácter
como par su empresa. [...] El hecho de ser propietario de su casa hace más
honorable, honrado y puro, auténtico, ahorrador y cuidadoso a quien la posee.
Predicamos en contra de la
codicia (...] en el púlpito [...] y empleamos los términos [...] «cochino
dinero» de forma tan extrema que los cristianos se forman la idea de que [...]
tener dinero es malo para cualquier hombre. [...] El dinero es poder, ¡y deberíais
ambicionar razonablemente poseerlo! Deberíais porque podéis hacer un mayor bien
con él que sin él. Es con dinero como se imprimieron vuestras Biblias, como se
construyen vuestras iglesias, como se envía a vuestros misioneros y como se
paga a vuestros predicadores. [...] Yo digo, pues, que deberíais tener dinero.
Si podéis llegar a ser ricos honradamente
[...] es vuestro [...] religioso deber hacerlo. Es un error espantoso
por parte de estas piadosas personas pensar que, para ser piadosos, deben ser
terriblemente pobres.
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